miércoles, 3 de febrero de 2016

De Lunas y Mariposas


Luna es una de las milenarias secuoyas del bosque de la ciudad de Stanford en California. A finales de 1997 la Pacific Lumber Company irrumpió en la arboleda de 60 mil hectáreas para iniciar la deforestación de uno de los ecosistemas más importantes de la zona. Pero en su camino se topó con una "tozuda mariposa".
Julia Butterfly Hill, que así se llamaba nuestra tozuda mariposa, nació el 18 de febrero de 1974 en Arkansas. De familia muy humilde estudió en su casa hasta los 12 años. Su padre era un predicador itinerante y su casa, una caravana que compartía con sus tres hermanos. La vida nómada y ambulante y la influencia paterna la educaron en la escasez y el pragmatismo.
Cuenta en su biografía que cuando era ya una adolescente, en una de las asiduas caminatas por la naturaleza con su familia, una mariposa aterrizó en su hombro y permaneció con ella durante todo el trayecto…metáfora de la aventura de su vida sirvió también para acompañar su nombre para el resto de sus días. Bonito, ¿verdad?
Cuando Colón pisó América por primera vez, Luna (una secuoya de 60 metros de altura) tenía ya 500 años. El 10 de diciembre de 1997 cuando su tronco sobrepasaba los 1000 anillos, el destino y una motosierra se cruzaron en su cepa. Julia Butterfly Hill, una activista de 23 años, decidió interrumpir lo inevitable y encaramándose al árbol impidió la inminente tala. Pasó 738 días entre sus ramas y sin poner un solo pie en tierra obligó a la compañía maderera, tras durísimas negociaciones, a indultar al árbol y a todos sus hermanos cercanos.
"Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente…” Julia Butterfly Hill en su libro “El legado de Luna”


Editado por Maribel R. Blanco, profesora de ciencias sociales y ética

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