martes, 2 de febrero de 2016

Escondidas tras un seudónimo


A lo largo de la historia hemos sido testigos de numerosos casos en que mujeres escritoras han tenido que ocultar sus verdaderos nombres bajo un seudónimo para poder publicar sus libros; nombres a los que años después se les ha encontrado dueña.

Más o menos esto es lo que le ocurrió a Joanne Rowling, más conocida con el seudónimo de J.K Rowling, la famosa escritora de la saga Harry Potter. Sus comienzos no fueron fáciles, además de la falta de recursos debido a una situación de desempleo, sufrió el rechazo de algunas editoriales hasta que logró que una le publicara su primera novela, eso sí, a cambio de que cambiara su nombre real por otro ficticio, porque, según ellos, una mujer escritora no aseguraba el éxito en novelas de ciencia ficción, ya que el público adolescente estaba más acostumbrado a autores masculinos. Rowling tuvo que cambiar su nombre por J.K Rowling: J de Joanne y K de Kathleen, el nombre de su bisabuela materna.

A pesar de todos estos inconvenientes,la escritora alcanzó la fama y hoy es una de las más exitosas novelistas del género fantástico.

Editado por Isabel  Barriga Martín, alumna 4º ESO para la asignatura de ética.

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