Lynsey Addario es una fotoperiodista norteamericana que ha obtenido el prestigioso premio pulitzer por sus reportajes de zonas de conflicto como Afganistán, Irak (En Oriente Medio) y algunas regiones de África.
Estas fotografías suyas muestran el rostro de mujeres africanas, concretamente de la República Democrática del Congo y el Sur de Sudán, que han sido violadas durante conflictos bélicos y ,fruto de estas agresiones, se han quedado embarazadas y son madres.
La revista Time publica este interesante artículo que os enlazo aquí sobre las violaciones como armas de guerra en conflictos actuales que son comunes en África y Oriente Medio.
Testimonios directos de la víctimas y puntos de vistas de diversos expertos e historiadores precisan que la violación es un arma más mortífera a veces que las propias bombas o el asesinato, pues a parte de la agresión en sí, tiene un significado de estigmatizar a comunidades enteras, descomponer sociedades dónde la víctima es repudiada por su familia y por su entorno y, por tanto, lo que se genera es un terror y una desestructuración social mayor que la provocada con las armas convencionales.
El objetivo es herir en lo más íntimo la identidad de una tribu, de una comunidad, de un pueblo, y dejar constancia de ello con el nacimiento de niños y niñas que recuerdan la humillación, la inferioridad o la batalla perdida.
La ONU ha reconocido cifras oficiales de más de 200.000 mujeres y niñas (también niños) violados durante el conflicto bélico sólo en la República del Congo, como veis la cifra es espeluznante y detrás de estos datos numéricos, no podemos olvidar que están las personas, sobre todo mujeres ni niños que son las que más sufren en cualquier guerra.
Editado por Maribel R. Blanco, profesora de historia y ética.